viernes, 4 de diciembre de 2015

Terrores nocturnos

¿Te ha pasado que estás cómodamente dormido y de repente te despierta el llanto de tu bebé? Te levantas, si es que duerme en otra habitación o te incorporas en la cama si colechas, le hablas, le acunas, le acaricias la cara... las manos... le vuelves a hablar pero sigue llorando... Han pasado unos minutos, pero por más que te esfuerzas tu bebé no deja de llorar y parece que te ve, se sienta, suda... incluso se mueve de un lado a otro visiblemente agitado, pudieras pensar que es una pesadilla, pero esto ya tardó demasiado y llega el momento después de parecer que es torturado que se acomoda nuevamente y duerme como si nada y tú quedas impactado, preocupadísimo porque parece que tenía de todo pero no tenía nada.

Esto que te acabo de describir, palabras más palabras menos es un terror nocturno, comúnmente confundido con una pesadilla, pero ¿qué es? ¿por qué ocurre? pues bien, un periodo de sueño tiene diferentes fases con determinada actividad cerebral, en la transición de una fase a otra de sueño es cuando los "arranques" de alerta o miedo se hacen presentes, que generalmente ocurren sin mayor transcendencia,  principalmente cuando se ha llegado al sueño más profundo y reparador. 

Las razones pueden ser muchas, pero principalmente están los cambios de rutina, el cansancio, cambio de casa o enfermedad, incluso si hay antecedentes de sonambulismo en la familia incrementa el porcentaje de ser propensos, como es el caso de mi hijo, que su padre y su abuela paterna los padecieron de niños. Buscando información al respecto, noto que en la mayoría de las páginas mencionan que este "suceso" se da a partir de los 3 años de edad, sin embargo a mi hijo le pasó mucho antes del año, lo cual para mi tiene mucho más sentido pues su sistema nervioso está sumamente inmaduro, el sueño es un tipo de alimento para ellos y de verse perturbado pues ocurren estas cosas...

Con base a lo anterior me gustaría aclarar que tanto lo expuesto aquí como en el resto de las fuentes que puedas leer son referencias, y que nada de esto está escrito sobre piedra, así que no es regla que tenga que pasar por todo lo descrito para que digas "Sí, es un terror nocturno".

Recuerdo la primera vez que a Emilio le ocurrió, fue en su primera navidad en la que toda la familia se congrega en casa de la abuela que por lo general nos quedamos a dormir todos, en esa ocasión nos quedamos cerca de 3 días, había mucha gente y las siestas no las pudo tomar en tiempo y forma porque no faltaba quien entrase a la recámara, algún grito por aquí o por allá o simplemente  la novedad de ver tanta gente. Volvimos a casa, y estando allá en la primera noche fue cuando le ocurrió, se "despertó" con un grito digno de la película de "Scream", se incorporó e incluso reptó sobre la cama haciendo todo esto sin dejar de gritar. Yo creo pasaron cerca de 5 min en los que me sentí morir, veía a mi hijo aparentemente sufriendo y gritando a todo pulmón sin poder darle consuelo, le ofrecí pecho, lo abracé y lo arrullé pero se retorcía y luchaba, pero así  sin más volvió a dormir...

La siguiente vez estuvo enfermo cerca de una semana, tuvo infección de garganta y gripe con mucho flujo nasal, gracias a esto esa semana no descansó casi nada. No sé si serán así el resto de los niños, pero al menos Emilio no me permite que le limpie la nariz ni con un kleenex, mucho menos con una perilla, darle medicamento oral es una osadía pues hace el esfuerzo por vomitarlo, así que una enfermedad de la que pudo salir en 4 días a él le tomo una semana entera. Como factor común: estaba cansado, sin dormir bien en días y en las veces siguientes pasó igual, se enfermaba, se aliviaba y desde el día uno de salud empezaban los terrores, siendo aproximadamente 2 veces en una noche por 2 o 3 noches consecutivas. A medida que fue tomando el ritmo de sueño nuevamente desapareció por completo, que es como comúnmente ocurre, sin necesidad de medicamentos aunque hay algunos casos en los que si es necesario bajo prescripción médica.

Ahora cada que enferma se que es padecer la enfermedad unos días y después lidiar con los terrores pues aunque quiera evitarlos procurando su descanso pues simplemente se dan, a veces con mayor o menor intensidad. Como dato adicional, te comparto que las estadísticas dicen que los varones son más propensos a padecerlos, y se ven afectados entre el 3 y el 6% de los niños. En algún lugar leí que si después del episodio queda más afectado el padre que el hijo, es sin duda un terror nocturno, pues durante las pesadillas si hay agitación e incluso que se hable o grite mientras ocurre, pero una vez despierto es notable la preocupación o angustia por lo que acaba de ocurrir en la pesadilla, y en los terrores nocturnos no se tiene conciencia de lo que ocurrió, no se sabe incluso que se tuvo, por eso es importante que uno como padre mantenga la calma, que se ofrezca consuelo pero que por ningún motivo se intente despertar al niño, solo tratar de que no se lastime y esperar a que el episodio pase

Espero que esta información te haya sido de ayuda para comprender un poco lo que pasa y que no te sientas culpable, como me pasó a mí, Te mando un abrazo con mucho cariño y nos leemos pronto.

¡FELICES FIESTAS!



Nota: Todo lo descrito aquí no sustituye en lo absoluto el diagnóstico de un médico, si sientes que algo anda mal no dudes en acudir a un médico, yo solo te comparto mi experiencia en el tema.